lunes, junio 02, 2008

EL TAO ... capítulo 41


XLI
El espíritu superior que oye hablar del Camino,
lo practica con diligencia.
El espíritu normal que oye hablar del Camino,
tanto lo conserva como lo pierde.
El espíritu inferior que oye hablar del Camino,
ríe ruidosamente.
Y, por esta risa, se conoce la grandeza del Camino.

Lo dice el proverbio:
Iluminar con el Camino es como oscurecer.
Avanzar con el Camino es como retroceder.
Engrandecer con el Camino es como vulgarizar.
La virtud superior es semejante a un valle en su
oquedad.
El supremo candor es semejante a la ignominia.
La vasta virtud es insuficiente.
La virtud ya fundada es indolente.
La virtud más pura es como un adulterio.

El Camino es como un gran cuadrado que no tiene ángulos,
como una gran vasija que se elabora lentamente,
como un gran sonido de escasa tonalidad,
como un gran cuerpo sin forma.

El Camino es oculto y sin nombre.
Pero el Camino es generoso y realiza todos los seres.

Tao se puede traducir por senda o camino. Se puede pensar que es el camino de la vida de cada uno y sólo expresa esa confusión que nos envuelve.

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