lunes, noviembre 19, 2007

Pensando y pensando

EL pensamiento verdadero se parece a un demonio que perturba los orígenes de la vida, o a una enfermedad que ataca sus raíces mismas. Pensar continuamente, planteamos problemas capitales a cada momento y experimentar una duda permanente respecto a nuestro destino; (...) Hay demasiadas cosas que añorar en un mundo en el que nada debería ser añorado.

En las cimas de la desesperación, Tusquets, 1991, Barcelona; p.76
Emile Cioran - filósofo rumano exiliado en Francia

Como Sartre habla de ese continuo pensar... que nos hace doler la cabeza, distraernos de las cositas y pequeñas decisiones que tomamos o debemos tomar cotidianamente, pensando en las grandes cosas que tenemos que decidir:

  • ¿nos vamos a África a trabajar con los que están muriendo?
  • ¿A Chaco a dar comida a los Qom que están muriendo de hambre y abandono sin guerra declarada... sin que la Gorda Carrió que tanto habla de la República se va a Punta del Este los recuerde salvo en sus oraciones? (¿y dónde está su dios personal?)
  • ¿Las sierras de Córdoba? ¿Bariloche?
  • ¿Otro país donde la vida sea más sencilla ordenada, pero donde mis amigos no hablen argentino ni te juntes a patear una pelota en una plaza?

¿Pero no son todas fugas hacia adelante y afuera de los demonios que tenemos adentro criados desde nuestra niñez?

¿Y no actúan como demonios acaso esas ilusiones y esperanzas de tener mucho dinero, poder, hijos, príncipes azules, diosas sexuales, honores y recompensas?

miércoles, noviembre 14, 2007

¿Qué es esa angustia que nos agarra a veces?

"Kierkegaard, al describir la angustia ante la culpa, la caracteriza como angustia ante la libertad. Pero Heidegger, que, como es sabido, ha sufrido profundamente la influencia de Kierkegaard, considera por el contrario a la angustia como la captación de la nada. Estas dos descripciones de la angustia no nos parecen contradictorias: por el contrario, se implican mutuamente.
En primer lugar, ha de darse la razón a Kierkegaard: la angustia se distingue del miedo en que el miedo es miedo de los seres del mundo mientras que la angustia es angustia ante mí mismo. El vértigo es angustia en la medida en que temo, no caer en el precipicio, sino arrojarme a él. Una situación que provoca el miedo en tanto que amenaza modificar desde fuera mi vida y mi ser, provoca la angustia en la medida en que desconfío de mis reacciones apropiadas para la situación."

Sartre, J.-P., El ser y la nada. Barcelona, Eds. Altaya, 1993. Primera parte, “El Origen de la negación”, Cap. I, V: “El Origen de la nada”.

... ¿De qué hablamos acá?