lunes, diciembre 11, 2006

Ecos Kantianos en Eco

- Adso, resolver un misterio no es como deducir a partir de primeros principios. Y tampoco es como recoger un montón de datos particulares para inferir después una ley general. Equivale más bien a encontrarse con uno, dos o tres datos particulares que al parecer no tienen nada en común, y tratar de imaginar si pueden ser otros tantos casos de una ley general que todavía no se conoce, y que quizá nunca ha sido enunciada (...) La búsqueda de las leyes explicativas, en los hechos naturales, procede por vías tortuosas. Cuando te enfrentas con unos hechos inexplicables, debes tratar de imaginar una serie de leyes generales, que aún no sabes cómo se relacionan con los hechos en cuestión. Hasta que de pronto, al descubrir determinada relación, uno de aquellos razonamientos te parece más convincente que los otros. Entonces tratas de aplicarlo a todos los casos similares, y de utilizarlo para formular previsiones, y descubres que habías acertado. Pero hasta el final no podrás saber qué predicados debes introducir en tu razonamiento, y qué otros debes descartar. Así es como estoy procediendo en el presente caso. Alineo un montón de elementos inconexos, e imagino hipótesis. Pero debo imaginar muchas, y gran parte de ellas son tan absurdas que me daría vergüenza decírtelas (...) Ahora, a propósito de los hechos ocurridos en la abadía, tengo muchas hipótesis atractivas, pero no existe ningún hecho evidente que me permita decir cuál es la mejor. Entonces, para no acabar haciendo el necio, prefiero no empezar haciendo el listo. Déjame pensar un poco más, hasta mañana, al menos.
En aquel momento comprendí cómo razonaba mi maestro, y me pareció que su método tenía poco que ver con el del filósofo que razonaba partiendo de primeros principios, y los modos de cuyo intelecto coinciden casi con los del intelecto divino. Comprendí que, cuando no tenía una respuesta, Guillermo imaginaba una multiplicidad de respuestas posibles, muy distintas unas de otras. Me quedé perplejo.

Y acá vendría Kant diciendo:

En el caso de los juicios sintéticos a priori nos falta esta ayuda enteramente...(la de la experiencia ). ¿En que apoyo y qué es lo que hace posible la síntesis si quiero ir más allá del concepto A para reconocer que otro concepto B se halla ligado al primero, puesto que en este caso no tengo la ventaja de acudir a la experiencia para verlo? Tomemos la proposición:" todo lo que sucede tiene una causa". En el concepto "algo que sucede" pienso, desde luego, una existencia a la que precede un tiempo.......y de tal concepto pueden desprenderse juicios analíticos. Pero el concepto de causa........ indica algo distinto de "lo que sucede"; no está pues contenido en esta última representación. ¿Cómo llego, por tanto, a decir de lo que sucede algo completamente distinto y a reconocer que el concepto de causa pertenece a lo que sucede....aunque no esté contenido en ello?... No puede ser la experiencia, pues el mencionado principio no sólo ha añadido a la primera representación generalidad, sino incluso necesidad... de forma totalmente a priori y a partir de meros conceptos.
Kant. Crítica de la razón pura. Introducción



Y Adso continúa...

- Pero entonces -me atreví a comentar-, aún estáis lejos de la solución...
- Estoy muy cerca, pero no sé de cuál.
- O sea que no tenéis una única respuesta para vuestras preguntas...
- Si la tuviera, Adso, enseñaría teología en París.
- ¿En París siempre tienen la respuesta verdadera?
- Nunca, pero están muy seguros de sus errores.
- ¿Y vos? -dije con infantil impertinencia-. ¿Nunca cometéis errores?
- A menudo -respondió-. Pero en lugar de concebir uno solo, imagino muchos, para no convertirme en el esclavo de ninguno.

1 comentario:

Dama de las Mariposas dijo...

si tuviera que unir dos conceptos A con B y sin ayuda de la experiencia, resolver el enigma... tendría tantas leyes y opciones que seguramente me quedaría con la forma mas polisha...

dejando de lado esto de no querer pensar mucho hoy, porque el calor me ha atrofiado el cerebro, me gustó mucho el fragmento de "El nombre..."

me hice Eco tambien!