En ocasiones la comprensión de algunas
ideas se hace más inmediata cuando uno encuentra la expresión de la
misma en algún escrito, aparentemente, literario. Alguna vez se dijo
que "la letra con sangre entra", pero tal vez el concepto se incopore a
martilazos de "golpe lírico". Así es más sencilla la comprensión de los
conceptos de El Ser y la Nada de Jean Paul Sartre en La Náusea por
ejemplo.
ideas se hace más inmediata cuando uno encuentra la expresión de la
misma en algún escrito, aparentemente, literario. Alguna vez se dijo
que "la letra con sangre entra", pero tal vez el concepto se incopore a
martilazos de "golpe lírico". Así es más sencilla la comprensión de los
conceptos de El Ser y la Nada de Jean Paul Sartre en La Náusea por
ejemplo.
W. Benjamin - Sobre el Concepto de Historia
III
El cronista que hace la relación de los acontecimientos sin
distinguir entre los grandes y los pequeños responde con ello a la
verdad de que nada de lo que tuvo lugar alguna vez debe darse por
perdido para la historia. Aunque, por supuesto, sólo a la humanidad
redimida le concierne enteramente su pasado. Lo que quiere decir: sólo
a la humanidad redimida se le ha vuelto citable su pasado en cada uno
de sus momentos. Cada uno de sus instantes vividos se convierte en un
punto en la orden del día[2], día éste que es precisamente el día del
Juicio final.
[2] Francés en el original: citation à l’ordre du jour.
TamTam - Memorias impuras
Memorias impuras
Escribí al pie de la primera página de un almanaque elaborado por el Cosmógrafo Mayor.
Entonces era un niño, y aquellos versos se compadecían de las momias que, desde el gran alzamiento de la ciudad, permanecían arrumbadas en los tambos. El peso de una presencia a mis espaldas me sobresaltó. Era mi abuelo que espiaba.
Escribí en las paredes rojizas de un granero, con palabras altisonantes, una loa en honor al desfile de carros alegóricos que los artesanos organizaban durante las fiestas de la cosecha. Desde un rincón, con la nariz cubierta de telaraña, mi abuelo observaba complacido.
Escribí acerca de la hipocresía de los mercaderes... Oculto bajo la mesa, mi abuelo puso su oído en el recorrido de la pluma, y supo lo que decía el papel tan claramente como si hubiese puesto sus ojos.
(Así empieza Memorias impuras, de Liliana Bodoc)
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